Muchas personas llegan al cannabis por que no pueden dormir, te contamos lo que tenés que saber para tener el tipo de aceite adecuado.
El insomnio es el trastorno del sueño más frecuente, y del cual se han publicado miles de trabajos de investigación. Afecta a hombres y mujeres de todas las edades y diferentes clases sociales de todo el mundo. No se llega a saber qué pasó para que se presente en la vida de la persona, y el que lo padece sólo sabe que no duerme bien y que si no toma algo, no puede conciliar el sueño. No hay ningún examen que lo pueda diagnosticar y la subjetividad que se impone hace que la tarea de evaluar este síntoma dificulte indagar sobre las causas y poder clasificarlo en muchos casos.
La polisomnografía no es una indicación fundamental para diagnosticar insomnio, debe realizarse ante la sospecha de una alteración respiratoria (una dificultad ventilatoria durante el sueño), de un trastorno de la percepción del sueño, de despertares asociados al sueño lento profundo o al sueño REM, o de la ausencia de un trastorno psicopatológico que justifique el insomnio y la observación del comportamiento al dormirse durante la noche.
La historia clínica debe incluir antecedentes personales, familiares y relacionados con el trastorno principal, situación familiar, socioeconómica, hábitos relacionados con la vigilia y el sueño, y medicamentos que toma o estuvo tomando.
Es muy frecuente encontrar insomnes crónicos que durante más de 10 años han tomado medicación y aún así no consiguen dormir bien, según su apreciación personal, aún tomando su medicación en dosis por encima de lo aceptable.
Entre los tipos de insomnio más comunes se encuentran:
- Insomnio de conciliación: dificultad para conciliar el sueño al inicio de la noche.
- Insomnio de mantenimiento: despertares frecuentes durante la noche con dificultad para volver a conciliar el sueño.
- Insomnio de terminación: despertar temprano en la mañana y no poder volver a dormir.
El clonazepam y el alprazolam pertenecen a una clase de medicamentos llamados benzodiazepinas, que actúan como sedantes y ansiolíticos. Estos medicamentos pueden ser efectivos para el tratamiento del insomnio, pero también tienen efectos adversos significativos. Entre ellos, se incluyen el potencial adictivo, la tolerancia, la somnolencia diurna, la mala interacción con el alcohol, la alteración cognitiva a largo plazo y el riesgo de sobredosis en combinación con otros medicamentos.
En los últimos años, ha habido un creciente interés en el uso de cannabinoides para tratar el insomnio. Los cannabinoides son compuestos que se encuentran naturalmente en la planta de cannabis, y se ha demostrado que algunos de ellos tienen propiedades que pueden ayudar a mejorar el sueño.
Dos cannabinoides en particular, el THC y el CBN, han sido identificados como los mejores para el tratamiento del insomnio. El THC es el compuesto responsable de los efectos psicotrópicos del cannabis -a dosis elevadas- y se ha demostrado que tiene propiedades sedantes y relajantes que pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño. El CBN, por su parte, es un cannabinoide que ha demostrado que tiene propiedades sedantes y ansiolíticas que pueden ayudar a reducir la ansiedad y mejorar la calidad del sueño.
CBN
El Cannabinol, es uno de los tantos fitocannabinoides que se encuentran en la planta. No debemos confundirlo con el CBD o cannabidiol, ya que son dos compuestos totalmente distintos.
Para obtener CBN en muestras de cannabis, debemos permitir que THC se transforme en CBN y esto sucede a medida que pasa el tiempo, es decir, a medida que envejece la planta. Para ser más preciso, una planta rica en THC cuando es cosechada de forma tardía, será rica en CBN. Es en este momento cuando veamos a los tricomas amarronados.
Yamamoto, en 1987, en un paper titulado The pharmacological activity of cannabinol and its major metabolite, 11-hydroxycannabinol, demostró que tanto el CBN como su metabolito, el 11-OH-CBN, prolongan el tiempo de sueño inducido por el pentobarbital. También Dani Gordon en La Biblia del CBD (2020), asegura que «El CBN puede utilizarse en productos de cannabis medicinal nocturno para el descanso y el sueño, así como para el dolor. Entre sus propiedades se encuentran las sedantes y las que promueven el sueño» Sin embargo sabemos que aún resta evidencia científica que avale el uso de estos cannabinoides.
¿El CBD, es para el insomnio?
Curiosamente el CBD fue reportado como un buen inductor del sueño en casos de parkinson solamente, con una evidencia científica muy pequeña. Pero aún así podemos remarcar que, ante casos de ansiedad elevada el CBD podría ayudar a conciliar el sueño.
Varios reportes de casos nos informan que si bien el CBD no produjo una inducción de sueño elevada pero ayuda a mejorar la calidad del mismo, lo que nos da la pauta que podría ser un coadyuvante a los tratamientos tradicionales. Debería ser acompañado por un profesional de la salud debido a que existen interacciones farmacológicas entre el grupo de las benzodiacepinas (clonazepam, alprazolam y lorazepam) y el CBD.
Aunque la evidencia científica aún es pequeña sabemos que los cannabinoides están en la entrada al campo de la salud mental para ayudar a restituir este padecimiento tan frecuente.
Bonus Track: Higiene del Sueño
La higiene del sueño se refiere a un conjunto de recomendaciones sobre las conductas que influyen en el ciclo sueño-vigilia. La somnolencia, al igual que el hambre y otras funciones, está determinada por áreas del cerebro en las que la voluntad tiene poca influencia debido a razones neuroanatómicas. Indicarle a alguien que debe dormir es un poco menos absurdo que ordenarle que frene o acelere sus funciones digestivas, o incluso que ignore o induzca el hambre. A veces, uno intenta obligarse a sí mismo a dormir sin mucho éxito. Las personas con rasgos obsesivos, con una tendencia irracional a controlar su entorno, frecuentemente presentan insomnio debido a esta causa. Varios autores han enfatizado el valor de controlar los estímulos en el entorno del sueño.
La primera recomendación es acondicionar el dormitorio como un lugar adecuado para dormir, donde no haya estímulos distractores que dificultan el sueño. La habitación debe estar adecuadamente oscura y sin ruidos. Es importante evitar realizar actividades en el dormitorio, como ver televisión, escuchar música, usar el teléfono, comer, estudiar y, sobre todo, el principal enemigo para conciliar el sueño: el celular.
El objetivo más importante de las medidas de higiene del sueño es establecer un contraste entre el mundo del sueño y el mundo de la vigilia. Se debe asociar el dormitorio con el sueño, el silencio, el uso de pijama y todo el ritual previo a dormir: dejar de lado las tablets, computadoras y celulares, cepillarse los dientes, usar ropa adecuada para dormir, apagar las luces y acostarse en la cama. Como última actividad, puede ser útil leer un libro o una revista, evitando las pantallas. También existen técnicas de relajación, como pensar en cosas tranquilizadoras que no generen ansiedad. Es preferible convencerse a uno mismo de que si no se duerme mucho esa noche, las consecuencias no serán tan graves, en lugar de entrar en una espiral de ansiedad.
Establecer una hora para levantarse, con algunas concesiones moderadas los fines de semana, es una rutina importante. Esta recomendación es la base de algunas terapias conductuales más utilizadas en el tratamiento del insomnio, como la restricción del tiempo en la cama. Esto implica concentrar todo el sueño en un solo bloque, determinando el total de horas en las que efectivamente se duerme en un período de 24 horas. Se establece una hora para levantarse y se fija como hora de acostarse aquella que permite una ventana de sueño igual al tiempo total de sueño. Por ejemplo, si acostarse a las 22:00 implica despertarse a las 03:00 de la madrugada porque se puede dormir 5 horas, es preferible fijar como horario de acostarse las 00:00 y tratar de dormir hasta las 06:00. Otra recomendación relacionada con el factor circadiano es exponerse a una luz intensa temprano en la mañana. Esto pretende dar una fuerte señal al reloj biológico que empieza la fase de vigilia y que 16 horas más tarde empezará la fase de sueño.
Médico Especialista en Psiquiatría de la UBA.