Desde el 5 de julio es legal la compra de semillas, esquejes y plantines de cannabis en Argentina. Podrán venderla quienes estén inscriptos en el Instituto Nacional de Semillas (INASE). Los cultivadores celebran la medida pero cuestionan los requisitos del registro.
La compra y venta de semillas de cannabis es legal en Argentina a través de la resolución N°260, publicada en el Boletín Oficial. Autoriza la compra y venta legal de semillas, esquejes y plantines de marihuana para fines medicinales.
Quienes las vendan deberán contar con la aprobación del registro ante el Instituto Nacional de Semillas (INASE). Para conseguirlo, se deberán cumplir una serie de requisitos. Entre ellos, deberán respetarse rótulos específicos y oficiales.
Las semillas aprobadas
En el país existen cuatro variedades aprobadas, aunque desde el INASE estaría trabajando en otros 77 pedidos de inscripción. De ellos, más del 80 por ciento corresponderían a desarrollos nacionales, según publicó la revista THC.
Karina Romanelli, de la Asociación Civil Cultivo mi Medicina, opinó: “La realidad es que es importantísimo porque estamos en un mercado oscuro, con las semillas y con todo lo que tiene que ver con el cannabis. Entonces este es un paso más para salir de ahí”. Además, explicó la importancia de contar con semillas certificadas para los cultivadores: “También pasa con el aceite. La gente consigue semillas de manera ilegal, pero no son accesibles. Tres semillas están entre 8 mil y 16 mil pesos».
Romanelli también se refirió a la necesidad de «saber qué tiene» cada semilla: «Pero además del costo, el tema es que te dicen que es alta en CBD, por ejemplo. Vos cultivás, con todo lo que eso conlleva, y cuando hacés la cromatografía te das cuenta de que no son lo que ellos creían, no sirven para la patología que necesitan. Hay gente que no cuantifica los aceites confiando que esas semillas eran ricas en CBD y terminan sin ser lo que creían”.
Es que el registro de INASE obliga a quienes comercializan las semillas a pasar por un registro, que deben abonar alrededor de 85 mil pesos, explica Karina. Además de un permiso anual para que sea legal la venta de semillas. Pero también a realizar un seguimiento de la planta de la que se extraerán las semillas para su posterior venta, por un ingeniero agrónomo matriculado que permita certificar la calidad del producto para garantizar sus características.
Para la compra de semillas de cannabis no habrá que registrarse, pero sí para cultivar, a través del Reprocann.
Julián Pereé es uno de los socios fundadores de la Asociación Cultural y Club de Cultivo Cannábico Jardín del Unicornio, junto a su compañera Nermi Zappia, y opinó: “Lo que está habiendo es un reconocimiento del uso medicinal del cannabis que ya lo veníamos diciendo hace diez años. Pero en el fondo lo que sucede es que hacen negocios mientras cada vez más personas están yendo presas por cultivar y consumir marihuana”.
Pereé cuestionó la “privatización” de los sistemas de compra y venta de semillas de cannabis y de acceso en general. “El que puede acceder a un médico para registrarse en Reprocann es porque puede acceder a un médico privado. Hay muy pocos profesionales en los hospitales que pueden acompañar pacientes. Lo mismo pasa con las semillas: podés pagar el costo de acceder al registro y conseguir los permisos”.
En esa línea, Romanelli coincidió: “Nos preocupa que estos registros sean a medida de la industria. Siempre repito que no hay mejor aceite que el que se cultiva para un familiar. Lo que no se tiene que perder es esa personalización, que no la va a dar un laboratorio”.