Se descubrió en 1984 y recién hace pocos años se está empezando a estudiar en detalle y a incluir en las carreras de medicina y salud. La doctora Julieta Veneziano, endocannabinóloga, explica cómo funciona, qué regula y qué potencialidades tiene.
“El sistema endocannabinoide nos ayuda a entender cómo funciona el cannabis, pero no existe debido al cannabis”. La que afirma es Julieta Veneziano, médica con posgrado en endocannabinología de la Universidad de La Plata y coordinadora del departamento médico de INCAMED, una asociación civil autogestiva que investiga el uso medicinal del cannabis. Pero, ¿qué es este sistema endocannabinoide, que muchas veces escuchamos nombrar pero que para muchos es un concepto no tan familiar? Te lo contamos en esta entrevista de Terapia Cannábica.
– ¿Cuándo se empieza a conocer el sistema endocannabinoide?
– Desde que nuestros sistemas empezaron a desarrollarse, el sistema endocannabinoide existe: así como se desarrolló el eje tiroideo, el sistema nervioso, este también es un sistema muy antiguo y es super complejo en su mecanismo de acción. Como todos los sistemas de nuestro cuerpo, se comunica a través de señales. Uno tiene siempre un receptor y algo que activa a ese receptor para poder generar un estímulo y que esa vía se active. Lo que hace el sistema endocannabinoide es controlar a ese estímulo que llega a este receptor.
Quien empezó a hablar de sistema endocannabinoide fue el israelí Raphael Mechoulam. “Fue el primero en darse cuenta de que si el cannabis hacía efecto en nuestro cuerpo es porque nuestro cuerpo tenía la capacidad de responder y eso es así en todos los estímulos que podamos recibir. Tenemos la capacidad de poder generar analgesia con el opio porque tenemos un sistema opioide. Tenemos la capacidad de responder a un corticoide porque tenemos un sistema que responde a los corticoides y eso mismo pasa con casi todos los estímulos, incluido el cannabis”, explica Veneziano.
Entonces: como descubrió Mechoulam, nuestro cuerpo produce nuestros cannabinoides, los endocannabinoides. Estos endocannabinoides actúan o estimulan los receptores de los cannabinoides. Estos compuestos actúan de manera similar a los fitocannabinoides, que se extraen de la planta de cannabis, que también se vinculan a los receptores.
“Mechoulam empezó a estudiarlo y descubrió la anandamida, entre otros endocannabinoides que podemos sintetizar nosotros mismos. Se dio cuenta de que la mayoría de las personas que recibían este estímulo tenían una sensación de bienestar. ‘Ananda’ en hindi hace referencia a eso: a un estado de bienestar, entonces decidió llamar ‘anandamida’ a este nuevo neurotransmisor que había descubierto”, refiere Veneziano.
-¿Y cómo funciona, concretamente, nuestro sistema endocannabinoide?
-Como todo sistema, tiene receptores y ligandos. Los ligandos son como las llavecitas que abren a esos receptores, que serían como cerraduras. Ese es un concepto muy gráfico de cómo se activa una vía que representa la apertura de una puerta. Dentro de los receptores, están los los famosos CB1 y CB2, bien claros del propio sistema. Pero también hay otros que no son directamente del sistema endocannabinoide, pero que responden a ese sistema. Hay unos, por ejemplo, de dolor -los TRPV1-, hay otros -GRP55- que tienen que ver con la vía endócrina del metabolismo de los azúcares, entre otras muchas funciones. Y después están algunos receptores, por ejemplo, a nivel de tubo digestivo, que también tienen la capacidad de responder a un estímulo, aunque tampoco son directamente del sistema endocannabinoide. O sea, que los estímulos que hacen que el sistema endocannabinoide se active también activan un montón de otras vías del cuerpo.
La complejidad del sistema endocannabinoide es lo que lo vuelve multifacético. Veneziano amplía esta idea: “Es como un sistema neuroendócrino porque modula muchas funciones que tienen que ver con señales endócrinas, pero desde una forma bien neurológica. Actúa como un neurotransmisor. Uno tiene siempre un receptor y algo que activa a ese receptor para poder generar un estímulo y que esa vía se active. De hecho, los endocannabinoides son neurotransmisores y lo complejo es porque actúan de manera retrógrada. Es decir, la mayoría de las líneas neurológicas de nuestro cuerpo van hacia adelante, pero en este caso modula hacia atrás, es un neuromodulador retrógrado”.
La clave: una mirada integral
“Para mí el cannabis es la puerta de entrada a una mirada integral que logre la homeostasis”, propone Veneziano. “Si uno no tiene una mirada homeostática puede estar recargando toda la terapéutica en una sustancia, en este caso el cannabis, y eso nunca está bien. No podemos pretender que el cannabis resuelva 100% una situación clínica, sobre todo las complejas”, advierte. Y asegura: “Si se tiene una mirada integral, ese sistema endocannabinoide se puede empezar a activar, a modular y empezar el proceso curativo”.
El sistema endocannabinoide es muy amplio y tiene muchas posibilidades de ser estimulado. “Esa es una de las tantas razones por las cuales parece, a veces, que el cannabis es mágico, que funciona para todo, pero eso no es real”, explica la especialista. “Lo que para mí define a este sistema es la homeostasis, que es un estado de equilibrio y lo que el cuerpo necesita para poder mantener todas sus funciones vitales equilibradas. Podríamos nombrar estas funciones y nos quedaríamos cortos porque son un montón: regular temperatura, regular el dolor, la inflamación, el apetito, la vigilia, el sueño. ¨Pero no todos los cannabis funcionan para todos los síntomas ni todas las manifestaciones se pueden tratar con cannabis”, agrega.
«La clave es tener una mirada integral», sostiene la doctora Julieta Veneziano.
Las huellas de un prohibicionismo histórico
¿Por qué, aun con muchos de los beneficios medicinales comprobados, el cannabis sigue generando resistencia en ciertos ámbitos? Veneziano analiza y responde: “Creo que responde a que el momento de la ciencia o el comienzo de la información globalizada fue un momento que en materia de cannabis estuvo super atravesada por el prohibicionismo. Al estudio del cannabis en el uso médico no se le dio mucha importancia hasta que la presión social empezó a generar una necesidad. La mayoría de las personas que hoy dominan el uso del cannabis no empezaron por un interés propio, sino porque tenían pacientes que les decían ‘Estoy tomando esto y me siento mejor’”.
“Cuando yo terminé la facultad, en 2015, el sistema endocannabinoide no se veía. En la única materia en la que a mí me mencionaron el cannabis fue en toxicología, vinculado a la intoxicación por cannabis, drogadicción y uso problemático. Hoy, que todavía no pasaron 10 años, ya se habla y ya hay materias optativas y sobre este sistema y su rol de modular funciones. Hoy un estudiante de grado ya escuchó esta información. Eso va ganando territorio y en un tiempo, espero no muy prolongado, todos vamos a saber que esto existe.
El cannabis viene a traerle una nueva mirada a la medicina”, apuesta la médica. Y adelanta: “Hace 10 años nadie hablaba de cannabis y hoy todo el mundo sabe lo que es. Hoy se está hablando de la psilocibina, quizás en 10 años se hablará de la psilocibina como hoy hablamos del cannabis”.
Periodista. Licenciada en Comunicación Audiovisual.