
Por Antonio Catsigyanis, psiquiatra y director médico de Terapia Cannábica
Podemos afirmar que hoy hemos llegado a un acuerdo sobre bases científicas de las propiedades del cannabis, sobre todo el cannabidiol, en el campo de la salud mental. Pero no todo es tan lineal y es importante lograr los diagnósticos acertados y el seguimiento del tratamiento. Un tratamiendo de cannabis en esquizofrenia puede ser de gran ayuda, como antipsicótico y por sus propiedades antiinflamatorias, pero debemos derribar mitos y estigmas alrededor de ella para poder avanzar en una solución.
Cuando hablamos de esquizofrenia nos referimos a un grupo de trastornos de origen variado, con evolución y respuesta al tratamiento ampliamente heterogéneo. Los síntomas son variables e intervienen en diferentes esferas como la cognición, las emociones y sentimientos, el pensamiento y la percepción del mundo que nos rodea.
El diagnóstico
Es más frecuente que se presente antes de los 25 años y que persista para toda la vida, afectando a todas las clases sociales. Debido a que aparece en edad temprana y tiene, en mayor o menor medida, un curso deteriorante requiere mucha asistencia y atención continua, cuidado por parte de instituciones y, sobre todo, de familiares.
En el diagnóstico de la esquizofrenia es muy importante la presentación clínica, por lo que los síntomas se suelen dividir en tres áreas. Los primeros son los síntomas positivos o de primer orden, que consisten en alucinaciones y/o ideas delirantes, conductas desorganizadas y/o extravagantes. Le siguen los síntomas negativos o de segundo orden, identificados en una disminución de la voluntad, emociones y sentimientos y, por último, en tercer lugar las dificultades cognitivas y el déficit atencional del paciente. Son estos últimos los que más pesan a la hora del diagnóstico.
¿Toda persona que alucina o delira es esquizofrénica?
Claramente no. Para la psiquiatría estos síntomas se enmarcan dentro de lo que se denomina episodio psicótico, que no forman necesariamente parte de la esquizofrenia, sino que puede estar presente en muchas patologías por salud mental. Por ejemplo, los cuadros de bipolaridad o episodios confusionales. Es por eso que ante dichos síntomas lo primero que debemos hacer es descartar que haya un cuadro orgánico, es decir, una alteración en nuestro organismo que de cómo resultados estas manifestaciones psiquiátricas. Otra opción es la tóxica, que ¨algo nos intoxique¨ y nos haga delirar.
Psicosis inducida por el cannabis
En este punto está lo que se conoce como psicosis inducida por el cannabis. Sabemos que algunas personas son susceptibles a tener episodios psicóticos luego de fumar cannabis. Hay que tener en cuenta que en general no se conoce ni la cepa, ni la composición ni la dosis de los que se ingirió. Bajo estas condiciones, es posible que la marihuana pueda empujar a presentar alucinaciones o delirios. También sabemos que, ante esta situación, es muy buena la respuesta a los antipsicóticos y, ante el retiro del consumo, la evolución es rápida.
Pero no es un episodio lo que lleva a determinar que una persona sufra de esquizofrenia, sino que son otros los síntomas, como ya dijimos, los que más pesan en el diagnóstico. Es más, no es el cannabis el único que tiene estos efectos en algunas personas. Los antidepresivos suelen desencadenar episodios maníacos en ciertos pacientes y otros son susceptibles a los tratamientos con corticoides, por ejemplo.
Retomando, es importante aclarar que el diagnóstico, entonces, depende pura y exclusivamente de la evaluación de profesionales de la Salud Mental. Es por eso que es importante que en la evaluación se cuente con el tiempo necesario antes de poner el rótulo. Hay que tener en cuenta la carga estigmatizante de la palabra esquizofrenia y lo difícil de su aceptación. Tanto para el paciente como sus familiares.
Esquizofrenia: el diagnóstico hoy
En la actualidad no existe ningún signo o síntoma característico de presentación, sino que es la sumatoria de estos y su evolución lo que nos llevará al diagnóstico final. Tampoco hay un estudio o examen de laboratorio que nos ayude. Lo que sí sabemos es que son los síntomas negativos y cognitivos de los que hablamos anteriormente los marcadores que nos dicen la evolución de este padecimiento. Es sobre estos que nos apoyamos para llegar al diagnóstico final.
El rol del cannabis en el tratamiento y el enfoque tradicional
El tratamiento tradicional para la esquizofrenia tiene tres grandes pilares. El primero es el acompañamiento y la asistencia del paciente, el cual sucede se realiza en conjunto con su entorno y los dispositivos hospitalarios. La psicoterapia, por su parte, es otro de los pilares fundamentales para el acompañamiento de quién padece esquizofrenia.
El tercer pilar del tratamiento lo constituyen los psicofármacos. Y los antipsicóticos son la primera línea de elección. El problema son sus efectos adversos, de lo más diversos y que van desde los síntomas parkinsonianos, como temblor y rigidez muscular, como alteraciones metabólicas con aumento de peso y agudización de algunos síntomas cognitivos y negativos. Lo que sí, han sido verdaderamente efectivos en cuanto a la reducción de los síntomas positivos (alucinaciones y conductas delirantes) cuando estos están presentes y pueden ubicar a los pacientes en situaciones de riesgo o de malestar emocional.
El riesgo de abandonar el tratamiento
Uno de los problemas a los que se enfrentan los profesionales es que los pacientes abandonan el tratamiento con bastante frecuencia. Hay diferentes motivos que llevan a esta decisión, sin embargo, uno de los principales es no tolerar los efectos adversos. Por eso, es importante el acompañamiento y la asistencia permanente sobre ellos para poder evaluar disminución de dosis como terapia de mantenimiento y aumento en los momentos en que se agudiza el cuadro.
El cannabis entonces resulta una posibilidad dentro de este panorama. Hay dos mecanismos que entran en juego a partir de las propiedades que conocemos del cannabidiol. Una es la función antipsicótica que tiene el CBD, que ha sido comprobada mediante estudios con uso de placebos pero que aún la evidencia es limitada como para utilizarlo en monoterapia o dentro de un cuadro de descompensación. Por otro lado, dentro de la teoría de la neuro inflamación, que está cobrando cada vez mayor fuerza dentro del estudio de la esquizofrenia sabemos que tiene una propiedad antiinflamatoria neuronal importante y relevante.
Qué más dice la ciencia
Hay un artículo publicado en 2018 en la American Journal of Psychiatr, bajo el título “Cannabidiol (CBD) as an adjunctive therapy in schizophrenia: a multicenter randomized controlled trial”, donde se comparó la evolución en seis semanas de pacientes que recibieron su tratamiento psicofarmacológico tradicional con CBD agregado y pacientes que solamente recibieron el plan de medicación. Se observó que el 78.6% de pacientes obtuvieron mejoras tras ser tratados con CBD y un antipsicótico, respecto al 54.6% de pacientes que recibieron tan solo tratamiento con antipsicóticos.
Bajo estos datos, hoy podemos entender al cannabidiol como un acompañante al tratamiento psicofarmacológico en esquizofrenia. Como objetivo principal tendremos la reducción de dosis de algunos fármacos y la potenciación de otros. Siempre y cuando dicha indicación esté enmarcada en el tratamiento correspondiente. Esperamos que el CBD tenga un próspero camino en el abordaje de los padecimientos mentales.
Médico Especialista en Psiquiatría de la UBA.