
Según la Encuesta Nacional de Personas que usan Cannabis, la mayoría de los consumidores de marihuana con fines terapéuticos lo hacen para manejar el estrés y la ansiedad. Aunque ven potencial, los estudios tienen miradas contrapuestas sobre la efectividad del CBD y el THC para la sintomatología.
La encuesta se realizó entre noviembre y diciembre de 2020 por el Centro de Estudios de la Cultura Cannábica (Cecca), la Licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQUI) y la Revista THC. Allí analizaron la experiencia de 64.646 personas mayores de 16 años.
El 17.6 % de los encuestados reconoció el uso del cannabis con fines terapéuticos. Dijeron consumirlo para bajar el estrés y la ansiedad. En el ranking lo siguieron relajar el cuerpo, dormir mejor y calmar el dolor. La mayoría busca contrarrestar las huellas del estrés y la ansiedad en el cuerpo con aceites o fumando cannabis.
Estudios previos sobre cannabis y ansiedad
Un estudio del departamento de Psicología experimental de la Universidad de Sevilla, publicado en 2017, analizó el uso de “Terapias alternativas con cannabis en ansiedad y sintomatología relativa al sistema nervioso central” . Allí describen distintas interpretaciones sobre la función del CBD y el THC para estos síntomas.
“En una investigación preclínica con ratones se demostró que la administración de agonistas cannabinoides como el THC era útil a la hora de reducir el comportamiento ansioso”, cita el estudio de Loflin, Babson y Bonn-Miller de 2017.
Por eso -considera- existen resultados controvertidos sobre el papel del THC como terapia para la ansiedad. “Hay estudios que afirman que su administración reduce las respuestas ansiosas. Otros mencionan lo contrario, que el THC provoca respuestas ansiosas y de excitación en el sistema nervioso», sostiene. «Estas contradicciones pueden por la cantidad de THC, ya que parece ser que cantidades altas de este compuesto son ansiógenas, mientras que dosis bajas y controladas son ansiolíticas”, agrega.
Si bien la clave estaría en las cantidades y proporciones suministradas, el análisis choca con otra realidad: sólo el 18 % de los encuestados reconoce tener acompañamientos médicos en los tratamientos con cannabis.
CBD, THC y sus efectos
“La experimentación actual en este sentido ha ido virando últimamente hacia el CBD, ya que carece del efecto bifásico del THC”, indican. Aunque “no se ha abandonado del todo el compuesto THC, ya que combinado con el CBD demostró ser útil», asegura. «Al parecer el CBD actúa de protector ante los efectos psicoactivos del THC, modelándolos”, profundiza el estudio.
Además, citan estudios experimentales que relacionan la administración de CBD con “una reducción de la ansiedad y la activación del sistema nervioso simpático”. También afirmaron que «resultó útil en pacientes con fobia social» (Blessing, E.M. et al. 2015).
La clave: la dosis
En el paper “A naturalistic examination of the perceived effects of cannabis on negative affect”, publicado en 2020 analizaron un estudio realizado sobre usuarios la aplicación StrainPrint para ahondar en “los cambios percibidos en los síntomas de depresión, ansiedad y estrés en función de la dosis y la concentración de Δ9tetrahidrocannabinol (THC) y cannabidiol (CBD)”.
En total, analizaron 11.953 sesiones registradas en la app (3.151 para depresión, 5.085 para ansiedad y 3.717 para estrés.
Según concluyeron, “los consumidores de cannabis medicinal percibieron una reducción del 50 % en la depresión y una reducción del 58 % en la ansiedad y el estrés tras el consumo de cannabis”. Pero la clave sería la dosis. “Dos inhalaciones fueron suficientes para reducir las calificaciones de depresión y ansiedad, mientras que más de 10 inhalaciones produjeron las mayores reducciones percibidas en el estrés”, informaron.
Así, arribaron a la conclusión de que “el cannabis reduce los síntomas percibidos de afecto negativo a corto plazo, pero el uso continuado puede exacerbar los síntomas básicos de depresión con el tiempo”.
Potencial terapéutico
Tal como publicó Terapia Cannabica, hay estudios recientes que plantean que el cannabis podría tener la misma eficacia que los fármacos tradicionales para el tratamiento de la ansiedad.
El cannabis juega un rol fundamental en la regulación de alteraciones afectivas como la ansiedad y el estrés. Interviene en nuestro sistema endocannabinoide, formado por un grupo de receptores (CB1 y CB2) y sus ligandos (que activan dichos receptores). El ligando principal y más conocido de este sistema es la anandamida. Nuestro organismo cuenta también con una enzima, FAAH, que se encarga de degradar la anandamida una vez que esta cumple su función.
Cómo actúa el CBD
El CBD aumenta los niveles de anandamida en el organismo, equilibrando a nuestro sistema endocannabinoide. Lo hace inhibiendo los mecanismos por los cuales se degrada la anandamida en nuestro organismo, es decir, inhibiendo la enzima FAAH.
Cuando el sistema endocannabinoide falla ante un evento traumático o estrés crónico, los niveles de anandamida tienden a disminuir bruscamente (en lugar de aumentar, como sucede frecuentemente). Esto aumenta las chances de desarrollar posteriormente trastornos de ansiedad generalizado (TAG) o trastorno por estrés postraumático (TEPT).
El CBD también actúa “activando” el receptor de serotonina 5HT1a, y la activación de estos receptores juega un rol fundamental en la regulación de los niveles de ansiedad, depresión y estrés. Los antidepresivos, como por ejemplo la sertralina o escitalopram, tienen la misma función: aumentan los niveles de serotonina que activan a estos receptores, pero con posibles efectos secundarios.
A principios de 2021, el doctor Mechoulam dio a conocer su último y revolucionario descubrimiento. Éster metílico de ácido cannabidiólico o EPM301. Es una molécula ácida de cannabidiol que tiene más afinidad que el CBD por los receptores mencionados y un gran efecto ansiolítico. Así, está cada vez más cerca de demostrar que el cannabis tiene la misma eficacia que los fármacos tradicionales.

Periodista, estudió Comunicación Social en la UNLZ.